Columnista Invitado:
Azael Carvajal Martinez
Con dolor inmenso registramos el cierre del periódico EL MUNDO, anunciada el pasado domingo 2 de agosto de 2020, por su directora, Luz María Tobón Vallejo, y del Noticiero Económico Antioqueño, NEA, dirigido desde su creación por J. Enrique Ríos, que será desde el mes de noviembre de este año. Son dos noticias muy negativas y hasta tristes que hieren el fondo del clásico derecho a la información, porque son dos medios de comunicación que dejan una profunda huella entre nosotros, cuyo vacío es difícil de recuperar en el futuro inmediato.
Recordamos que el periódico EL MUNDO nació el 20 de abril de 1979. Tuvo una vida activa por más de 41 años. El Noticiero Económico Antioqueño, NEA, nació el 1 de mayo de 1975. Es decir, su vida se apaga después de 45 años de estar informando sobre temas de mucho interés, como ha sido su especialidad, que son las noticias económicas, en un país, que cada día venía creciendo y abriendo nuevos mercados, pero al mismo tiempo afrontando problemas y superando dificultades, todas muy ligados con su economía.
Decimos que nos quedamos con una huella muy profunda, difícil de recuperar en el futuro inmediato, porque la historia de los medios de comunicación impresos en Antioquia, que fue muy dinámica y rica en el pasado, pues existieron periódicos, entre ellos, La Defensa, El Heraldo de Antioquia, El Diario, El Correo y El Pueblo. Hoy nos quedamos con El Colombiano, fundado el 2 de febrero de 1912. Igualmente, han sido muchas las revistas y periódicos de diferentes instituciones que han enriquecido por mucho tiempo nuestro medio intelectual.
Nuestra actual reflexión tiene como punto central, reiterar que nos quedamos huérfanos por la extinción de los dos medios de comunicación citados, cuyas razones son, fundamentalmente, de orden económica, seguramente agravadas por la actual pandemia del coronavirus que está afecta gravemente al mundo entero. Y ese gran vacío que nos queda, con toda certeza tiene repercusiones en nuestra sociedad, porque requerimos de instrumentos que nos estén, no solamente contando lo que está sucediendo en nuestro entorno más cercano y en el mundo, sino y sobre todo, porque sus mensajes de juicios de valor, son esenciales en un sistema democrático, que requiere de pluralidad y de diversidad de medios de comunicación para conocer los análisis y los comentarios que se originan en las noticias, muchas de las cuales, también son fuentes para investigaciones que permiten aclarar bastantes situaciones que si no fuera por estas averiguaciones, nos quedaríamos sin saber acerca de acontecimientos que causan perjuicios, tanto a las instituciones públicas como a las privadas, con consecuencias para la sociedad, cuando ellas tienen tareas orientadas para el bien común.
Por consiguiente, esperamos que pronto surjan grupos amplios y variados de periodistas, pensadores, académicos, empresarios y de quienes quieran aportar ideas para formular un proyecto que permita tener un periódico, con características y bases democráticas, de manera que permita la convivencia con la diferencia en un ambiente de libertad de expresión, y que llene las expectativas, pero sobre todo, que tenga claridad en la parte económica para su sostenimiento, seguida de un plan estratégico de difusión y penetración, de manera que llegue al mayor número de lugares e instituciones. Es una propuesta audaz que, con toda seguridad necesita de personas competentes en distintos frentes, para formar un grupo coherente que le dé solidez a la iniciativa, de manera que desde un principio se tenga certeza de su duración.
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