El ex concejal Santiago Londoño Uribe anda muy acucioso y crítico frente al contrato de monitoreo a medios y líderes de opinión por parte de la Alcaldía, olvidando que él en 2010 hizo una investigación a sus compañeros de corporación sin su autorización.
Para la época fue escándalo informativo del orden nacional, que él quiso minimizar ofreciéndole excusas a sus colegas al señalar que era un simple borrador académico.
El informe se filtró y allí los concejales se dieron cuenta que los venían investigando sobre su forma de vestir, hablar, con quiénes se relacionaban, en fin, una serie de cosas personales que los confundieron, y le costó a Londoño Uribe no ser presidente de Mesa Directiva.
Monitoreos, seguimientos, o bloqueos a medios regionales no son prácticas nuevas.
Recordamos que Sergio Fajardo Valderrama siendo alcalde habría llamado a Todelar para que la colega Ana Elena Uribe no siguiera en el noticiero porque era crítica de su administración.
Algo similar ocurrió con el ex alcalde Alonso Salazar Jaramillo, quien habría puesto sus quejas en Todelar sobre el colega Rubén Darío Pérez, director de un programa político en la cadena radial, y también tuvo un cruce de críticas fuertes con Óscar Castaño, director del programa Oriéntese, sobre su forma de hacer periodismo.
Durante la gobernación de Luis Alfredo Ramos Botero el colega Róger Vélez Castaño tuvo que hablar con el director de comunicaciones Juan Fernando Ortiz, porque al parecer había la directriz de no pautar en su portal Sinergia Informativa, pues allí escribía su columna Ramón Elejalde Arbeláez, crítico de la administración.
Cuando Sergio Fajardo Valderrama era gobernador, también surgieron episodios, con el aparente apoyo de la dirección de comunicaciones, para ofrecerle a los periodistas 80 mil pesos mensuales de pauta como una forma soterrada de humillarlos.
Por esa época se conoció que en el piso 12 se diría con displicencia que había una agremiación llamada ASOPECHI (Asociación de Periodistas Chichipatos de Antioquia) al tiempo que los medios de Bogotá recibían 200 mil millones de pesos en contratación publicitaria de la Gobernación.
Paralelamente también se dio el escándalo de la renuncia del director de Teleantioquia Noticias, Juan Pablo Barrientos, quien habría sido “chuzado” por un periodista de la misma redacción, el cual filtró al diputado liberal, Adolfo León Palacio Sánchez, unas declaraciones de alto calibre que hizo contra la clase dirigente de la época.
En 2018 Juan David Ortiz Franco, director del periódico La Urbe, ganó el premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, con la investigación “La Bodega de Fico”, que, en palabras de él, “se trató de un trabajo mediante el cual determinamos la utilización de cuentas de twitter falsas dedicadas a intervenir en política y fueron creadas por el equipo de comunicaciones de la Alcaldía de Medellín”.
Desde el mandato de Alonso Salazar Jaramillo en la Alcaldía de Medellín, está bloqueado todo el sistema para que ningún funcionario pueda ingresar al portal informativo de Rubén Darío Benjumea Moncada Punto de Vista.
En 2018 el secretario de la mesa directiva del Concejo de Medellín, Rubén Ramiro Estrada Sierra, habría ordenado suspender pauta publicitaria al programa Gran Ciudad, porque habíamos publicado un informe sobre su mediocre gestión que se tradujo en la creación de un sindicato.
Una servidora pública de la corporación se atrevió a decirnos que los periodistas no teníamos porqué cuestionar a quien ordenaba publicidad. Por ahí vamos entendiendo las dinámicas con los medios de comunicación.
De otro lado, y para no seguir con ejemplos, que son muchos, creemos que Selecta Consulting Group despertó a un león dormido, cuando tenía en su lista de monitoreo al ex concejal liberal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos.
No saben la encartada que se pegaron, pues Guerra Hoyos andaba tranquilo desde su finca en el oriente cercano, y lo acaban de reactivar con el informe de la firma contratada por la Alcaldía.
No hay nada peor que tener a Guerra Hoyos encima. Esa monitoreada les va a salir más cara de lo contratado.
Vía www.granciudad.net por Juan Carlos Hurtado Ochoa
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