Por: Oscar Noguera Atehortúa
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@oscarnoguera11
¿Cómo podría resultar razonable para el hombre una norma cuyas consecuencias produjeran daños generales?… ¿Es posible para un hombre seguir la moral dominante en la sociedad que vive si ocasiona daño a otras culturas?… ¿Es posible para un hombre seguir sus propios caprichos y hacer lo que le venga en gana, siendo consciente de que le está haciendo daño a otros?
Todos queremos dirigir nuestras vidas, alcanzar los sueños y metas trazadas, sabemos para donde vamos y sobre todo si nuestros actos están causando daño a alguien en especial. La tolerancia debe ser una firme convicción interior, una determinación muy fuerte que nos debe permitir ponernos en el lugar de los demás, entenderlos, cuestionarnos por los comportamientos, entender sus necesidades, interactuar con ellos, para poder entendernos a nosotros mismos.
Los referentes lingüísticos que utilizamos los seres humanos para aludir la vida social, las ideologías y estereotipos deben ir encaminadas al bien común… El bien y el mal deben ser entendidos desde las necesidades y creencias de los demás, desde entender qué es lo bueno para mí y para otro, sin causar daño a un tercero, en la sana competencia, en tomar una decisión a tiempo siendo consecuentes con lo que se quiere para un bien común. El libre albedrio nos da la capacidad de causar daño o el bien a quien dispongamos, pero también es la herramienta que nos mide nuestra conciencia, nuestra moral, nuestra formar de vivir.
La libertad para escoger lo que es bueno o malo no depende de la idiosincrasia, de un grupo social o cultural, ni mucho menos del idioma o credo religioso y siendo más extremistas para nada del estrato socioeconómico, personalmente me parece que nuestras decisiones no dependen de terceros, pero sí de la forma como fuimos educados, de nuestra moral, del diferencial que tengamos del valor de las cosas ganadas con sacrificio, de darnos cuenta que nada es fácil, de entender que todo acto está ligado a otro en este universo y de saber que se nos dio el privilegio para hacer lo que anhelemos o dispongamos con nuestra vida y la de los demás…
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