Por: Oscar Noguera Atehortúa
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@oscarnoguera11
Los hombres de hoy, somos el resultado del cosmos, de la naturaleza, de la vida, pero debido a nuestra humanidad misma, a nuestra cultura, a nuestra mente, a nuestra conciencia, nos hemos vuelto extraños, perdemos nuestras posibilidades, nuestros sueños, no sabemos innovar, formar grupos de trabajo o mucho menos sacar de un conflicto los puntos esenciales para volverlos a nuestro favor y sacar el mayor provecho de estos.
La educación debe jugar un papel preponderante, debe ser la fuerza del futuro, porque constituye uno de los elementos más poderosos para liderar los grandes cambios, para descubrir los grandes líderes, se deben articular y organizar los conocimientos y así reconocer y conocer los problemas que nos rodean. El cerebro humano posee los recursos inagotados para crear, evolucionar, innovar, acoger lo nuevo y descubrir los caminos para mejorar sus propias necesidades y crear ideas que propendan por mejorar su entorno sociocultural y estilo de vida.
Toda concepción del género humano debe ser concebida como el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y el sentido de pertenencia a la especie humana, con poco hay que hacer mucho y volvernos eficaces, establecer estrategias, metas, definir lineamientos y direccionamientos para coordinar todas las actividades que nos ayuden a mejorar nuestras condiciones de vida y dar ese salto que nos identifique como líderes y que haga que los demás nos sigan y ayuden a construir una sociedad más justa y llena de oportunidades.
Para ser un líder del siglo XXI hay que actuar y pensar de manera positiva, estar constantemente sembrando pensamientos positivos enfocados en el servicio, definir metas organizacionales, establecer estrategias, dar lineamientos y direccionamientos para establecer resultados, tomar decisiones estratégicas con personas estratégicas, mantener la moral en alto todo el tiempo, seleccionar los medios de comunicación más efectivos internos y externos, y como lideres debemos conciliar todo el tiempo.
Debemos asumir riesgos innovando, pensando, motivando, comunicando, liderando grupos, pensando en forma abstracta, diagnosticando y analizando diferentes situaciones, definiendo problemas, estableciendo marcos prioritarios, teniendo la capacidad de marcar la diferencia, porque cuando somos capaces de ver que en nuestra mente todo es posible acabamos con lo común y dejaremos de preguntarnos ¿será que puedo? ¿Qué miedo? ¿Me arriesgo?, dejaremos atrás innumerables pensamientos negativos que llevan al fracaso, conflictos que dejaran de serlo y se convertirán en oportunidades, en algo dinámico y con sentido práctico para que nos sirva de herramienta, los conflictos son necesarios en el avance de las organizaciones si los vemos como oportunidades y mentalidad de líderes ya que nos ayudan a favorecer el cambio organizacional, mejorando las estructuras de poder; cohesiona a las personas ante la rivalidad con otras organizaciones y disminuye las tensiones internas; Aumenta la creatividad y competitividad del grupo y sus componentes, favoreciendo la motivación individual y evitando el conformismo.
Un líder no puede ser obstáculo para el desarrollo, por el contrario, debe ser un impulsador y un verdadero agente de cambio comprometido con la gente y con una gestión de cambio, para dirigir los destinos de una organización y conducirla hacia el éxito sostenido, porque si no tenemos una visión clara, especifica, concreta, positiva y futura que apunte directamente a lo que quiero lograr, no podre visionar lo que quiero realmente transmitir y posicionar. Una mentalidad positiva y en crecimiento hace que todo se expanda, que este lleno de energía e infinitas posibilidades, además hace que el trabajo en equipo este impregnado de una voluntad extraordinaria, se logra la capacidad de recopilar, analizar y resolver problemas, contingencias o situaciones y sobre todo se logra el rol de ser formador de formadores.
Siempre hemos encontrado la duda de si un líder nace o se hace, por supuesto que hay características de la personalidad que lo facilitan, pero que también se desarrollan a medida que se va preparando – educando y se adquieren habilidades y capacidades que lo llevan a convertirse en un verdadero líder, perfeccionando su propio desarrollo para poder ponerse al frente del logro de un objetivo, de fomentar el trabajo en equipo, de ser claro en sus expectativas, de facultar a personas para la acción, de fomentar el pensamiento luz verde, de retener a la gente critica e importante, porque no solo es el que guía es lo que el es y lo pone al servicio de otros, entonces ¿Quieres ser el Líder de Hoy?
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